Asociación de Fibromialgia y Sindrome de Fatiga Cronica de Málaga ( AFIBROMA)
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Cómo Prevenir Enfermedades Cónicas

30 Sep 13 - 01:10

                                                
 

 No podemos alejarnos de la civilización, y por lo mismo no podemos evitar la posibilidad de contraer alguna enfermedad crónica. Pero lo que sí podemos hacer es reducir el riesgo de manera considerable, pues aunque no podamos evitar comer y respirar toda clase de toxinas sintéticas, sí podemos reducirlas significativamente en cantidad y variedad. Veamos algunas recomendaciones orientadas a reducir lo que consideramos es la principal causa de las enfermedades crónicas.


1.- ALIMENTOS PROCESADOS. Sustituir lo embotellado, enlatado, embolsado, empaquetado, por alimentos naturales es el reto principal para quien desea vivir sano. Esto implica cocinar en casa, de preferencia con una alta proporción de alimentos de origen vegetal (leguminosas, frutas y verduras frescas, etc.), poca carne y grasas, y una cantidad mínima de alimentos procesados. Es prácticamente imposible no comer ningún alimento procesado, pero sí podemos reducirlos drásticamente. 


2.- SAL. Uno de los grandes pecados de la dieta moderna es el desmesurado aumento en el sodio y la reducción en el potasio, consecuencia de comer más alimentos procesados y menos frutas y verduras. Estos hábitos acumulados generan un desbalance en la relación sodio - potasio a nivel celular que afecta la respiración, alimentación, limpieza y reproducción celular. Pensamos que es fundamental para la salud reducir el consumo de sodio reduciendo la cantidad de alimentos procesados y reduciendo la cantidad de sal que adicionamos a los alimentos. Se estima que el Mexicano come en promedio más de 10 gramos de sal (4 gramos de sodio) por día, siendo que 1.3 gramos de sal (0.5 gramos de sodio) serían más que suficiente. De hecho si comiéramos únicamente frutas y verduras no necesitaríamos adicionar nada de sodio, pues los vegetales tienen la cantidad y proporción de sodio y potasio (y demás minerales) que nuestro cuerpo necesita.


3.- AZÚCAR. No tomar refrescos embotellados. No comer azúcar blanca, sino tipo mascabado y en cantidades moderadas. Como opción podemos endulzar con Miel de Abeja. Si no queremos o podemos comer azúcar, utilizar como endulzante la Estevia o la estevina, un derivado natural de la planta. El Mexicano come en promedio 1 kilogramo de azúcar y endulzante de maíz a la semana, por lo que tenemos el triste honor de ser el país con más diabetes y el segundo país con mayor obesidad en el mundo. 


4.- GRASAS. No utilizar la manteca vegetal ni la margarina por su gran contenido de hidrógeno. Dentro de los aceites, el menos procesado es el de Oliva extra virgen. Recomendamos agregar a nuestra dieta diaria de grasas, algunos gramos de aceite de Linaza o de Onagra. Cuando calentamos un aceite, deja este de ser de beneficio para nuestra salud, y entre más lo calentemos más difícil le resultará al cuerpo procesarlo.


5.- CARNE. Es normal que los animales de engorda reciban alimentos no naturales, así como medicinas y hormonas sintéticas para acelerar su crecimiento. Parte de estas substancias químicas sintéticas nos las comemos, junto con la carne. Por esta razón, es recomendable reducir el consumo de carne roja y pollo, y al mismo tiempo aumentar el consumo de pescado de mar. El consumo de proteínas y grasas animales en cantidades pequeñas o moderadas, no son un problema para nuestra salud, pero cuando las comemos en exceso, pasan a ser una carga para nuestras defensas, y por lo mismo una razón para contraer algún padecimiento crónico. 


6.- PAN. La recomendación es olvidar el pan blanco y el harina refinada, y substituirlos por pan de Centeno o de Trigo integral sin sal ni aditivos.


 

7.- LACTEOS. Dentro de la corriente del naturismo, existe una opinión generalizada de rechazo a que jóvenes y adultos tomen leche. Sin evidencias científicas, igualmente opinamos que la leche lejos de ayudarnos es una carga para nuestra salud. Por otra parte el yogurt natural y el queso fresco con moderación (y sin aditivos) son una opción alimenticia aceptable. 


8.- AGUA. Si nuestra alimentación fuera natural, lo que nuestra sed nos pidiera de agua sería suficiente. Pero como no es así, 0.5 a 1.5 litros diarios de agua de manantial (no más) serán útiles a nuestros filtros en su tarea de limpieza. Si además tenemos una actividad en donde sudamos, que mejor manera de sacar sodio y toxinas.


9.- FÁRMACOS. La recomendación es tomar medicamentos sólo cuando son verdaderamente necesarios, pues junto con su poder curativo, implican un trabajo adicional para nuestros filtros, particularmente para el hígado. Por otra parte, los medicamentos Herbolarios son en su gran mayoría suaves para el organismo, pues están hechos de  sustancias bien conocidas para el cuerpo.


10.- ALEJARNOS DE LOS QUÍMICOS. Todo lo que llevemos a los pulmones lo llevamos a la sangre, y si son químicos sintéticos nuestro sistema de defensa tendrá que sacarlos. Es importante evitar acercarnos a cualquier químico expuesto como herbicidas, insecticidas, solventes, y desechos industriales. No olvidar que los aromatizantes sintéticos y productos de limpieza que respiramos en casa terminarán, en alguna medida, en nuestra sangre. También debemos evitar la exposición a químicos conocidos por el cuerpo pero en cantidades tóxicas, tal es el caso de los metales pesados como el plomo y el mercurio. Una forma frecuente de exposición al mercurio son las amalgamas o rellenos dentales metálicos, muy relacionados con los padecimientos crónicos degenerativos.

 

11.- DIETA VEGETAL. Una condición para tener un sistema de defensa sano es llevar nutrientes a nuestro cuerpo en cantidad y variedad suficiente. Solamente en las frutas, verduras, leguminosa y semillas, (frescas sin procesamiento industrial), encontraremos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, como las enzimas, vitaminas, antioxidantes, minerales, grasas “buenas”, aminoácidos, proteínas vegetales, etc. Esta debería ser nuestra dieta base pues es todo lo que nuestro cuerpo necesita. Desde el punto de vista de nuestra nutrición, si comemos algo más, como carne o algún alimento procesado, deberá ser en la menor cantidad posible, pues el cuerpo no lo necesita. 


12.- DEPURATIVOS. Si además de reducir el trabajo de limpieza que realiza nuestro sistema de defensa, deseamos ayudarlo, la Naturaleza nos ofrece algunos depurativos que le ayudarán a nuestro cuerpo a sacar las substancias indeseables. Cinco opciones de estos depurativos de la sangre y de los tejidos son: Diente de León, extracto líquido 40 gotas 1 a 2 veces al día; Bardana, tintura 30 gotas 1 a 2 veces al día; Ortiga, extracto líquido 120 gotas 1 a 2 veces al día; Cardo Mariano, extracto líquido 60 gotas 1 a 2 veces al día. Sugerimos tomar, al menos,  uno de estos depurativos diariamente cambiándolo por otro cada 2 a 4 meses. 


13.- ASPECTO EMOCIONAL. De la misma manera que debemos evitar las toxinas químicas, debemos evitar las toxinas de tipo emocional tan propias de la vida moderna. Para prevenir las enfermedades debemos establecer como norma de vida, prevenir el estrés, la angustia, los miedos, el pesimismo y cualquier emoción negativa.

Fuente:
www.medicinanatural.

 


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