Asociación de Fibromialgia y Sindrome de Fatiga Cronica de Málaga ( AFIBROMA)
DECLARADA ENTIDAD DE UTILIDAD PUBLICA MUNICIPAL
Las personas que padecemos estas enfermedades, nos encontramos solas y desamparadas en esta Sociedad llena de protocolos burocráticos, tanto por la Sanidad pública como los Organismos Oficiales.
Necesitamos alzar nuestras voces para ser escuchado.

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Conclusiones Enfermedades Crónicas

30 Sep 13 - 01:22

                                             

En la antigüedad ya existían algunos padecimientos crónicos, por ejemplo el cáncer, pero afectaban principalmente a las personas de avanzada. En aquellos años las enfermedades comunes y la principal causa de muerte, eran los padecimientos agudos, particularmente los de tipo infeccioso. Durante el último siglo llegó la higiene junto con los sistemas modernos de salud pública, y los padecimientos agudos se redujeron de forma drástica, haciendo que la mortandad general y la esperanza de vida mejoraran. Hasta aquí todo iba bien. Hace medio siglo se empezó a observar que la mortandad en los padecimientos crónicos no disminuía y la cantidad de enfermos y enfermedades de este tipo se incrementaban. Esta tendencia ha continuado hasta nuestros días al grado que las estadísticas de los porcentajes de la población con padecimientos crónicos, son difíciles de creer. Sin duda, uno de los mayores problemas que las sociedades modernas enfrentan hoy en día, es una pandemia de padecimientos crónicos, resultado de una población con su sistema de defensa débil o comprometido.
 

En el ejemplo de los Estados Unidos que mostramos en el capítulo de estadísticas, la prevalencia de padecimientos crónicos de media y alta gravedad supera al 80 % en personas menores de 64 años. Para enfrentar esta situación, la respuesta de la comunidad científica, médica y en general de las instituciones de salud ha sido enorme. Como consecuencia a esta reacción, el gasto asignado a la salud ha crecido en la misma proporción de los padecimientos crónicos, y hoy representa el 15% del total de los recursos económicos anuales públicos y privados de ese país. Pero más allá del dinero, el principal problema es que no se ha encontrado una solución y la cantidad de enfermos sigue creciendo.
 

En nuestro país, gracias a una alimentación menos artificial, un desarrollo industrial más modesto y mejores hábitos alimenticios, el problema de los padecimientos crónicos es aún mucho menor, pero en la medida que entremos en el modernismo de la comida artificial y de las substancias químicas, se incrementarán nuestros niveles de enfermos. De hecho, el poco honroso segundo lugar mundial en obesidad (sólo después de EUA), es un indicador de que si no hacemos un cambio, en algún tiempo tendremos los niveles de prevalencia de nuestro país vecino. Aunque la observación nos diga que la situación de nuestro país no es tan seria, en la realidad no podemos conocer objetivamente la gravedad ni la evolución de los problemas crónicos, pues la información que normalmente se maneja es de mortandad y no de prevalencia. Los padecimientos crónicos son por mucho la principal causa de muerte y de discapacidad, pero por lo general no son mortales, por lo que las tasas de mortandad no reflejan la dimensión del problema. Es una responsabilidad urgente de nuestras instituciones de salud, medir la dimensión del problema y tomar medidas preventivas para que las tasas de prevalencia de enfermos crónicos no continúen aumentando.
 

La vida moderna está repleta de causales que afectan nuestras defensas, lo que se traduce en padecimientos crónicos. Pero la causa que sobresale de las demás en cuanto a comprometer nuestro sistema de defensa, es la contaminación interior de nuestro organismo con productos sintéticos (fabricados por el hombre) que introducimos a nuestro organismo de diversas formas, principalmente a través de los alimentos procesados. Hemos decidido que nuestros alimentos sean semi-artificiales, sin preguntarnos qué tan difícil le resulta a nuestro cuerpo procesar y desechar dichas sustancias. Para nuestro organismo las sustancias artificiales son extrañas y requieren ser retiradas del cuerpo a la brevedad. Si hacemos de estas substancias nuestro alimento, comprometemos a nuestras defensas a que se dediquen a retirar estas sustancias toxicas dejándole poca capacidad para que nos proteja de las enfermedades. En las sociedades donde se fabrican y/o consumen grandes cantidades de químicos sintéticos, esenciales para la vida moderna, la contaminación que se genera con dichas sustancias no sólo afecta hacia el exterior como el aire, el agua o el suelo, sino también hacia el interior de las personas invadiendo dichos químicos las células, tejidos y órganos de los seres vivos que ahí habitan. Esta es la razón por la que los padecimientos crónicos forman parte de la modernidad.
 

La ciencia médica ha avanzado mucho en reducir la mortandad y mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero no ha encontrado la forma de curarlos por lo que la cantidad de enfermos y de enfermedades aumenta cada día. Por otra parte, enfoques naturales de la medicina, como la ciencia de la nutrición, han sido de gran utilidad pero no lo suficiente como para contener el problema. En realidad no es difícil comprender el origen de problema ni visualizar acciones que por lo menos detengan el avance del problema. Lo que si parece complicado es implementar dichas acciones, pues no hablamos de tomar una píldora, sino de darle un giro a nuestros hábitos de vida, en donde nos alejemos de todo lo artificial y nos acerquemos hacia una vida moderna pero también natural.
 

La medicina natural no cuenta con todas las respuestas para prevenir o curar los padecimientos crónicos, falta mucho por estudiar, pero para quienes emprenden un tratamiento de desintoxicación, resulta muy claro que este es el camino. Los resultados curativos que se obtienen con los tratamientos de limpieza celular son impresionantes y nos dan la convicción que este es el enfoque a estudiar para avanzar en una solución real a la enfermedad y no sólo a los síntomas. 

Independientemente de lo que la ciencia haga o deje de hacer para avanzar en este tema, lo realmente importante es lo que hoy podemos hacer en lo individual por nuestro cuerpo para prevenir ser una víctima más de estos padecimientos.

 

La responsabilidad de evitar la proliferación de los padecimientos crónicos a nivel país, corresponde a todos. A las instituciones públicas corresponde informar, reglamentar, prohibir, y estimular, lo que sea necesario para que el ciudadano se alimente de comida limpia, sana y natural y respire un aire sin químicos. A las instituciones de cultura, corresponde investigar, definir, y proponer las medidas técnicas que eviten la contaminación interior de los ciudadanos.

Pero el consumidor último, responsable de proteger a su familia y a sí mismo de las enfermedades, es el único que tiene la capacidad de hacer que todas las fuerzas públicas y privadas trabajen en esta dirección. Cada persona es responsable de su propia salud y son los padres de familia quienes con el ejemplo y con la formación de hábitos alimenticios sanos protegerán a sus hijos y a las siguientes generaciones.

Fuente:
www.medicinanatural

 


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